Las ‘redes fantasma’ son equipos de pesca hechos de plástico que se pierden en el mar y se convierten en un peligro para la vida marina durante siglos.
WWF plantea que la solución más ambiciosa para frenar la contaminación con residuos plásticos es adoptar un tratado internacional de la ONU de carácter obligatorio para todos los países.
WWF, la Fundación Ellen MacArthur y Boston Consulting Group coinciden con este concepto y 29 empresas globales se han sumado al llamado con un manifiesto al que cualquier empresa puede sumarse.
Los artes de pesca abandonados, perdidos o tirados al mar son el tipo de contaminación plástica más letal para la vida marina y son responsables de la disminución masiva de la vaquita marina –solo quedan 10 individuos- y otros mamíferos del océano. Y aunque esta arma mortal abunda en los mares, los gobiernos y las empresas no le han prestado suficiente atención. Así lo revela ‘No más redes fantasma: la forma más letal de basura plástica en el océano’, el más reciente informe de WWF sobre esta problemática. De ahí que, para combatir el problema mundial de la contaminación por residuos plásticos, sea urgente priorizar los esfuerzos contra los equipos fantasma, además de generar programas que establezcan cómo disponer las redes que están próximas a terminar su ciclo de vida.
El reporte muestra que el número de especies afectadas por el enredo en este tipo de redes o la ingestión de residuos plásticos se ha duplicado desde 1997, pasando de 267 a 557 especies. En particular, las ‘redes fantasma’ le causan daño al 66 % de las especies de mamíferos marinos; al 50 % de las especies de aves marinas; y al 100 % de las especies de tortugas marinas, ocasionándoles una muerte lenta y dolorosa. Asimismo, las redes son perjudiciales para los arrecifes de coral y los manglares, convirtiéndose en una fuerte amenaza para las comunidades costeras y los pescadores, quienes dependen de estos ecosistemas para su subsistencia.
Al respecto, Marco Lambertini, Director General de WWF Internacional dijo que “si bien las consecuencias de los residuos plásticos finalmente están comenzando a recibir la atención que merecen, todavía hay muy poca conciencia sobre el impacto de los equipos fantasma. Es urgente que esto cambie porque matan ballenas, delfines, focas, aves marinas, tortugas y tiburones y dañan hábitats oceánicos fundamentales para nuestra supervivencia. Este informe revela el trágico impacto y la escala de este asesino del océano, y cómo se vincula a las prácticas de los pescadores y la industria pesquera. Además, deja muy claro que el marco legal actual sobre la contaminación plástica marina y los equipos fantasma está fragmentado y es ineficaz”.
En vista de que este es un problema global que requiere una acción coordinada en todo el mundo, WWF hace un llamado a los gobiernos y a las empresas para que adopten el tratado global de la ONU sobre la contaminación plástica que establezca objetivos globales y de carácter obligatorio, y que pueda ayudar a impulsar una regulación local fuerte para prevenir el impacto de los equipos fantasma.
El informe incluye varios datos que demuestran la dimensión de este problema:
• Al menos el 10 % de los residuos plásticos marinos están compuestos por equipos de pesca, lo que significa que entre 500.000 y 1 millón de toneladas de artes de pesca ingresan a los océanos cada año.
• Cada año en el mundo se pierde, abandona o tira al mar el 6 % de todas las redes de pesca usadas, el 8,6% de las trampas y nasas (métodos para la pesca), y el 29 % de todas las líneas de pesca.
• Las redes de pesca ilegales y abandonadas en el Golfo de California, en México, han llevado a la vaquita marina al borde de la extinción (solo quedan alrededor de 10 individuos).
• Las ‘redes fantasma’ dañan hábitats marinos, como los corales y la vegetación, y provocan la acumulación de sedimentos. También impiden que las especies accedan a los ecosistemas.
• Estos equipos abandonados tienen impactos económicos negativos para los pescadores, que pierden sus equipos, y las comunidades, al disminuir las poblaciones de peces comerciales y el turismo.
• Más del 90 % de los peces capturados en estas redes son de valor comercial, es decir, podrían comercializarse en los mercados para luego ser consumidos.
• En el ambiente marino, las ‘redes fantasma’ son peligrosas para las navegaciones: pueden provocar retrasos operativos, pérdidas económicas y, en casos extremos, accidentes que ocasionen lesiones o incluso la muerte a pasajeros o miembros de las tripulaciones.
Con esta evidencia, WWF hace un llamado para frenar la contaminación con residuos plásticos a través de la adopción de un tratado internacional de la ONU de carácter obligatorio para todos los países. Además, la organización invita a los países a unirse a la Iniciativa Redes Fantasma Globales -Global Ghost Gear-, una alianza mundial entre la industria pesquera, el sector privado, las empresas, las organizaciones, la academia y los gobiernos, que busca solucionar el problema de las artes de pesca perdidos y abandonados en todo el mundo. Casi 2 millones de personas se unieron en una petición que pide a los gobiernos tomar medidas urgentes para solucionar la contaminación de los océanos con residuos plásticos. Invitamos a los ciudadanos a que sumen su voz aquí y a que apoyen la campaña subiendo una foto o un video de una especie marina a las redes sociales con un hashtag grande (#) encima y etiquetando #StopGhostGear o #NoMásRedesFantasma.
Sobre las redes fantasma
‘Redes fantasma’ es el nombre común que se le ha dado a los artes de pesca abandonados, perdidos o desechados, como redes de enmalle, trampas y nasas o dispositivos para la captura de peces. Los pescadores abandonan el equipo cuando no pueden recuperarlo, ya sea porque se enreda en arrecifes, rocas u otras obstrucciones. El arte se considera perdido si un pescador no puede localizarlo o ha perdido el control operativo sobre él. Esto puede suceder cuando las boyas se desprenden, o cuando las mareas o la acción de las olas o enganches arrastran los aparejos de pesca lejos de su ubicación de despliegue.
La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), también aporta cantidades considerables de artes fantasma, ya que los pescadores ilegales abandonan o descartan artes de pesca para ocultar sus actividades. A veces, las artes de pesca también se tiran deliberadamente en el océano. Este comportamiento puede estar motivado por la falta de instalaciones adecuadas de eliminación en tierra, los altos costos de eliminación o la falta de espacio de almacenamiento a bordo.
Es un problema de grandes dimensiones:
- 11.436 toneladas de trampas y 38.535 toneladas de redes de enmalle se abandonan cada año en aguas de Corea del Sur.
- Se estima que cada año, entre 2004 y 2008, se perdieron 160.000 trampas para cangrejos azules en la bahía de Chesapeake, en la llanura costera atlántica del este de Estados Unidos.
- Más de 70 kilómetros de redes de enmalle se perdieron en la pesquería canadiense de fletán negro en sólo cinco años.
- Cada año, entre 2005 y 2008, se perdieron en el Mar Báltico entre 5.500 y 10.000 piezas de redes de enmalle al año.
Tiene un alto costo:
- Se estima que 178.874 cangrejos comercializables valorados en 744.000 dólares americanos se perdieron en trampas perdidas en una temporada en Puget Sound, en el estado de Washington, Estados Unidos.
- Se documentó un aumento de la captura de cangrejo azul de 13.504 toneladas, valorado en 21,3 millones de dólares estadounidenses, después de retirar 34.408 trampas para cangrejos abandonadas durante seis años.
- El daño económico causado a los pescadores también incluye la pérdida del propio arte. En una pesquería de cangrejos en Columbia Británica, el reemplazo anual de los aparejos perdidos le cuesta a la pesquería más de 490.000 dólares estadounidenses.
Existen grandes desafíos en las regulaciones internacionales:
- Faltan normas de carácter obligatorio a nivel global para reducir la contaminación por residuos plásticos, incluidos los equipos fantasma;
- Faltan estándares globales para la investigación, el monitoreo y la presentación de informes sobre los equipos fantasma, lo que genera brechas geográficas en muchas partes del mundo;
- Faltan esfuerzos coordinados para abordar y evaluar el alcance de los aparejos fantasma en el medio marino y las especies marinas, los ecosistemas y los riesgos para la salud humana;
- Faltan mecanismos efectivos de cumplimiento y ejecución;
- No existe una responsabilidad global ni mecanismos de compensación por contaminación por residuos plástico, incluido el equipo fantasma.