El gobierno que olvidó los animales en el Tolima – Cuarta parte

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Espinal es la segunda ciudad más grande del Tolima, al igual que en todos municipios el tema del maltrato, abandono y degradación animal está presente en el diario vivir y se ha incrementado aún más durante la cuarentena.  La mayoría de estos casos están relacionados a animales que viven en condición de calle y otro porcentaje a los que alguna vez tuvieron un hogar.

Bienvenidos a la cuarta entrega de especiales de Ojo Público dedicado al maltrato animal en el departamento del Tolima.


El abandono, maltrato y degradación contra los animales en Espinal se viene gestando muchos años atrás. En la actualidad este tema es tomado con más importancia, gracias al trabajo de algunas personas que luchan a diario contra todo tipo de vejámenes hacia estos seres sintientes, teniendo como ayuda las herramientas digitales para exponer los casos y pedir auxilios alimentarios, de hogar, de tratamientos y atención veterinaria ya que muchas veces no se cuenta con el apoyo de los entes gubernamentales.

Espinal tiene una junta llamada “Las Juanas”, encargada de tratar los temas referentes con el maltrato animal, sin embargo, lo hacen esporádicamente, además no hay apoyo por parte de la Policía Ambiental, ni del veterinario de cabecera del municipio, y se desconoce si el COSO municipal está en funcionamiento.

Ana Grisales, activista y defensora de los animales en esta zona del departamento, dice que ha reportado diferentes problemáticas donde se destaca el abandono de animales por parte de quienes estaban a su cargo, desnutrición, falta de atención veterinaria y control de natalidad.

“Considero que es de vital importancia que haya una organización más estructural y que realmente se presten los servicios correspondientes para reportar los casos de abandono, maltrato y degradación animal; que exista gestión en ayudas alimentarias, de hogar y servicio veterinario, control de natalidad por medio de campañas de eterización, funcionalidad plena de veterinario municipal, Policía Ambiental, la Junta y el COSO municipal”, manifestó la animalista.

Y agregó: “Nosotros queremos generar conciencia a nivel colectivo de que los animales, al igual que nosotros, tienen derecho a que se les suplan unas necesidades básicas como alimentación, un lugar donde vivir, salud, entre otros”.

Finalmente, junto a sus demás compañeros animalistas esperan que se cumplan las normas vigentes de protección animal, que se brinde a la ciudadanía conocimiento de cómo actuar frente a un caso de abandono y maltrato, y que nunca falte un hogar digno, alimentación y atención veterinaria de calidad para estas criaturas.

Casos de rescate animal que ha realizado Ana Grisales en lo corrido del año:

Rocky es el nombre dado por su nueva familia. Él es un perro que vivía en condición de calle. Los lugares que solía frecuentar/deambular eran el quemadero de la zona industrial y el barrio Arkabal (Donde algunos vecinos le brindaban agua y comida).
De un momento a otro le salió un nuche en el área del ojo y su situación fue empeorando hasta el punto de que creíamos que iba a perder la vista.
Con ayuda de 3 personas que se conectaron conmigo después de haber pedido ayuda por medio de una publicación en Facebook pudimos conseguir ayuda económica, transporte, cuido en la CAPA y posteriormente un hogar para él.
Una camada de 7 gatos recién nacidos fue separada de su mamá a la semana de nacer. La mamá fue “botada en un lote” y los 7 gatos arrojados afuera de una de las plantas de alimento de la zona industrial a pleno rayo del sol en una canasta que tenía mal olor. Fueron auxiliados, los alimentamos, le dimos calor. Todo iba bien hasta que llego la tercera semana. Una noche se murió uno, le siguió otro al amanecer. En horas de la tarde otro gatito estaba agonizando y lo lleve al veterinario donde él me indicó que tenía calicivirus, le envió un tratamiento y empezó a mejorar. Al pasar los días otro enfermo y lo lleve al veterinario y le dio el mismo tratamiento. Estos dos últimos lucharon como guerreros, pero no sobrevivieron al virus. Los 3 gatos restantes (Magnolia, Chayanne Emilio y Simona) que fueron aislados de los enfermos sobrevivieron y fueron adoptados por nosotros.
Nos reportaron el caso de una perrita (Nube) que se encontraba gravemente herida de las calles. Inicialmente fue rescatada por Asopatitas. Mantuvimos conversación con ellos para que nos la entregaran para poder auxiliarla junto con un Activista de Flandes. Inicialmente Asopatitas creía que ella tenía una “enfermedad contagiosa” para humanos y animales. Según esto a ojo de medico sin haberle practicado los exámenes correspondientes. Fue tratada por un veterinario de ellos donde le dieron medicamentos para controlarle la fiebre y suturada porque presentaba un corte considerable en su cuello y oreja, además tenía nuches, peladuras y pegamento en su poco pelaje. Se nos fue entregada y nos desplazamos hasta el peaje que fue el punto de encuentro para cederle la custodia. Una vez llegada a Flandes fue ingresada en la veterinaria de cabecera del Activista Harold quien nos indicó que efectivamente no presentaba ninguna enfermedad contagiosa, pero que presentaba un cuadro de anemia, infecciones y obviamente las heridas físicas en su cuerpo. Se desconoce hasta el momento qué fue lo que le pasó y cómo sucedió todo. Se está investigando para dar con el paradero de su victimario.
Amarilla, así como le puse mientras era tratado, vive en una vereda del Espinal. Fue atropellada y le lastimaron una de sus patitas. Fue auxiliada, llevada al veterinario y retornada a su hogar. Aún no se ha recuperado completamente y camina cojo.

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