¿Hielo de miles de años para tu Martini?

Actualidad Ambiente

Por: Julián Arango


Navegando por videos cortos en una red social, me tropecé con uno que me llamó la atención de tal manera que lo reproduje varias veces. Inicialmente, lo consideré como otro video conspirativo más, plagado de exageraciones y hechos aislados. Sin embargo, los algoritmos, herramientas poderosas con un doble filo, me habían llevado a un contenido que, si bien no carece de controversia, sí involucra a los Emiratos Árabes Unidos.

Imagine en Colombia una minoría que rechaza el agua embotellada de las grandes marcas, incluso la del grifo. Estas personas importan agua para ellos y sus familiares cercanos, proveniente de fuentes naturales de gran valor. Esta agua, 100% natural y rica en minerales, se extrae y envasa directamente en su origen, sin ningún tratamiento ni procesamiento. Su pureza exige un envase distinto al plástico, ya que este altera sus propiedades fisicoquímicas.

Los beneficios del agua mineral son múltiples, entre ellos se destacan: excelente fuente de hidratación, por contener agua pura y minerales esenciales (Ca, Mg, K y Zn), todos importantes para la función celular, la salud ósea y el sistema nervioso. Así mismo, el agua mineral mejora la digestión y alivia la acidez estomacal, también se le atribuyen menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y obtener una piel y cabello mas saludables.

El agua mineral, un verdadero «elixir milagroso» para la salud, no tiene un precio elevado, para quien pueda pagarla. Una caja de 35 botellas PET de 330 ml puede adquirirse por alrededor de 72.000 pesos, mientras que 12 botellas de vidrio retornable de 1 litro cuestan aproximadamente 45.000 pesos. Cabe destacar que estos precios no incluyen gastos de importación, impuestos o permisos necesarios para su ingreso al país.

Sin embargo, el objeto de este artículo no es el agua en su estado líquido, por el contrario, el interés de centra en su estado sólido como el acompañante de ciertas bebidas alcohólicas y no alcohólicas en el mundo de las elites.

El Ártico de Groenlandia se encuentra en grave peligro debido al cambio climático. Los niveles de mercurio en la región han aumentado en paralelo al calentamiento global, lo que representa un mayor riesgo para sus ecosistemas. El deshielo se ha acelerado de forma alarmante, con más del 50% del hielo perenne perdido desde mediados del siglo pasado. Esto provoca una mayor liberación de mercurio del océano, poniendo en riesgo a las poblaciones y ecosistemas árticos.

Groenlandia también experimenta un aumento preocupante de su temperatura media, lo que transforma su biodiversidad y afecta directamente a la fauna y flora marina. El deshielo no solo ocurre en la superficie, sino también bajo los bloques de hielo, impulsado por corrientes de agua cálida. Esto ha ocasionado una pérdida considerable de masa y peso del manto de hielo.

Además, el deshielo ha permitido un crecimiento preocupante de la vegetación, lo que reduce el albedo y, en consecuencia, intensifica el calentamiento global.

Ilustración 1FOTOGRAFÍA DE NICOLO E. DIGIROLAMO AND JESSE ALLEN, NASA 2013.

Pero en medio del deshielo, surgen emprendimientos bien estructurados que no paran de sorprenderme. La tragedia los bienes comunes en su máxima expresión se evidencia en el siguiente relato.

Sabía usted que existe una empresa especializada en la práctica de extraer y procesar hielo de los glaciares de la isla para su uso en diversas aplicaciones, como la venta a bares exclusivos. Esta actividad ha generado muchas controversias, especialmente porque es importante destacar que el hielo en Groenlandia es un recurso natural valioso que desempeña un papel crucial en el equilibrio climático y en la regulación del nivel del mar. La capa de hielo de Groenlandia, que cubre aproximadamente el 80% de la superficie de la isla, es la segunda más grande del mundo después de la capa de hielo antártica. Su fusión contribuye al aumento del nivel del mar a nivel global.

La polémica startup «Artic Ice» se dedica a la «recolección» de hielo de icebergs naturales que ya se han desprendido espontáneamente del glaciar y flotan en el fiordo de Nuuk. Cada iceberg es seleccionado e inspeccionado cuidadosamente de forma manual antes de su extracción. Según su sitio web, no extraen hielo directamente del glaciar. Dado que cada año se desprenden de los glaciares millones o miles de millones de toneladas de hielo, su producción limitada tiene un impacto ambiental muy bajo.

Artic Ice asegura que sus operaciones están diseñadas para minimizar el impacto ambiental. En primer lugar, aprovechan de manera más eficiente las rutas de carga existentes, lo que reduce las emisiones de CO2 por cada contenedor enviado desde y hacia Groenlandia. Cabe destacar que los buques de carga que viajan entre Groenlandia y Europa/Dinamarca suelen regresar con poca o ninguna carga. Por lo tanto, los contenedores enviados desde Groenlandia también contribuyen a reducir las emisiones de los contenedores que se dirigen a la isla, ya que de lo contrario, el viaje de regreso desde Groenlandia debería incluirse en los cálculos de CO2 por contenedor enviado. Además, la empresa enfatiza que su método de recolección no daña los glaciares, ya que solo extraen icebergs que ya se han desprendido de forma natural.

Al igual que las aguas minerales importadas, el hielo de los icebergs es puro, sin sabor, lo que garantiza que no altere el sabor de las bebidas a medida que se derrite, a diferencia del hielo elaborado con agua del grifo o mineral. Además, su estructura hace que dure más en bebidas, brindando una experiencia premium en bares y restaurantes. Al mismo tiempo, la empresa tiene la osadía de argumentar que esta práctica creará más conciencia sobre el Ártico y la sostenibilidad. El hielo, que es muy antiguo, no ha sido contaminado de ninguna manera por la industria moderna, por lo que realmente se puede tener hielo/agua que nunca ha sido contaminado por la humanidad.”

Los precios del hielo ártico, según el sitio web https://icenatural.com/shop/, oscilan entre los 16.000 y los 475.812 pesos, dependiendo de la presentación. Sin duda, un negocio muy rentable para una empresa que no produce el hielo, sino que simplemente recolecta un «recurso» finito, generado precisamente por los hábitos de consumo cuestionables de sus clientes. Si este ritmo continúa, nuestro planeta no podrá satisfacer la voracidad de las minorías millonarias.

La cosecha de hielo en Groenlandia, practicada por empresas como Arctic Ice, ha generado preocupación por su posible impacto ambiental. Si bien la empresa afirma que no interviene directamente en los glaciares y solo recolecta trozos de hielo desprendidos, es importante considerar los siguientes puntos:

Contribución al deshielo

  • La capa de hielo de Groenlandia ya está perdiendo un 20% más de masa de lo que se pensaba anteriormente debido al cambio climático. Cualquier actividad que involucre la extracción de hielo, aunque sea de forma limitada, podría acelerar este proceso de deshielo.

Alteración de ecosistemas

  • El deshielo está transformando la biodiversidad de Groenlandia y afectando directamente a la fauna y flora marina de la isla. La cosecha de hielo, aunque sea en pequeña escala, podría contribuir a estas alteraciones.

Huella de carbono

  • El transporte del hielo desde Groenlandia hasta Emiratos Árabes Unidos genera emisiones de carbono. Si bien la empresa menciona que está trabajando para compensar su huella de carbono, es un factor para considerar.

Precedente peligroso

  • La cosecha de hielo, aunque sea para fines exclusivos, podría sentar un precedente peligroso y alentar a otras empresas a explotar este recurso natural. Esto podría tener consecuencias ambientales más amplias a largo plazo.

En conclusión, si bien la escala actual de la cosecha de hielo en Groenlandia por parte de empresas como Arctic Ice puede ser limitada, es importante considerar su potencial impacto en un ecosistema ya vulnerable debido al cambio climático. El deshielo está transformando la biodiversidad de Groenlandia y afectando directamente a la fauna y flora marina de la isla, por lo que cualquier actividad que involucre la extracción de hielo, aunque sea de forma limitada, podría acelerar este proceso. Además, el transporte del hielo desde Groenlandia hasta otros países genera emisiones de carbono. Es crucial evaluar cuidadosamente las consecuencias ambientales de esta práctica antes de que se expanda, ya que podría sentar un precedente peligroso y alentar a otras empresas a explotar este recurso natural.

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