El hielo antártico se desmorona: ¿Estamos presenciando un colapso irreversible?

Actualidad Opinión

Por: Julián Arango


Por tercer año consecutivo, la extensión del hielo marino en la Antártida ha descendido por debajo de los 2 millones de kilómetros cuadrados, un umbral crítico no visto desde 2022. Esta alarmante tendencia, que marca una «transición crítica abrupta», ha puesto en alerta a la comunidad científica.

Las causas de este deshielo acelerado aún se investigan.  Un nuevo estudio ha revelado una «transición crítica abrupta» en la Antártida, con una alarmante disminución del hielo marino en los últimos años. Si bien la causa exacta aún se desconoce, las posibilidades son aterradoras: calentamiento del océano, cambios en la salinidad o incluso un evento natural impredecible. El aumento de la temperatura del océano Austral y la intensificación de los vientos podrían estar detrás de este fenómeno, que a su vez podría tener consecuencias devastadoras para el ecosistema antártico y el planeta en general.

Las consecuencias de este deshielo acelerado podrían ser devastadoras. La pérdida de hielo marino no solo afecta a la fauna local, sino que, también exponiendo una mayor parte del continente al océano, lo que a su vez acelera la pérdida de hielo en tierra firme y eleva el nivel del mar a nivel global. Si esta tendencia continúa, las ciudades costeras podrían verse amenazadas por inundaciones y otros eventos climáticos extremos.

Lo que más preocupa a los científicos es la falta de información. Se necesitan mediciones sostenidas de la temperatura y la salinidad del océano, así como mejoras en los modelos climáticos para comprender mejor este fenómeno y predecir sus posibles consecuencias.

Es hora de tomar en serio las señales de alarma que nos envía la Antártida. Los gobiernos deben redoblar sus esfuerzos para combatir el cambio climático y proteger esta región vulnerable. Solo mediante acciones urgentes y una cooperación internacional efectiva podremos evitar un futuro incierto para la Antártida y el resto del planeta.

Consulta aquí la investigación que soporta esta nota: https://journals.ametsoc.org/view/journals/clim/37/7/JCLI-D-23-0479.1.xml

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