Por: ARMANDO SALAZAR ARIZA – MESOTH
Carmen de Apicalá, Tolima, marzo de 2022
Entre los años 2007 y 2012, noventa empresas realizan maniobras fraudulentas con las cuales se ganan miles de millones de pesos, por descuentos tributarios, en la compra y donación de predios del bosque de Galilea, lo que concreta el primer despojo que aprovecha las riquezas del bosque para beneficiar a personas y entidades que nunca han ejercido actos de amo y dueño de estos predios, ni han hecho un solo aporte al desarrollo de la región y sus comunidades.
El segundo despojo se comete en 2018, a través de un proyecto REDD+ denominado “Programa de Compensaciones de Emisiones Conservación del Bosque de Galilea”, que el Ministerio de Ambiente adelantó y aprobó a espaldas de la comunidad, para que particulares ajenos se beneficien de los bonos de carbono que genera el hoy Parque Natural Regional Bosque de Galilea.
En el primer caso, las tramposas operaciones consistieron en comprarle a la Cooperativa Multiactiva Galilea de Colombia “Coopgalilea Ltda.” y a la Cooperativa Multiactiva de Propietarios de Bosques Ltda., Asoprobosques, predios entre 30 y 58 hectáreas, que luego fueron donados a la Universidad del Tolima, para recibir descuentos en sus impuestos de renta.
Los siguientes datos, tomados del certificado de tradición del Lote 143, de 51,8420 Hás, de la parcelación del bosque, ilustran la engañosa trama: En 1998, Maderas del Oriente S.A. lo vende a Gloria E. Zapata en $300.000, quien en el año 2002 lo transfiere a Miguel Ángel Palacios Campuzano por $100.000. Un año más tarde, Palacios traspasa la propiedad a Coopgalilea Ltda. por los mismos $100.000. En julio de 2007, Coopgalilea vende a Asoprobosques Ltda., el mismo terreno por $2.000.000.
Cinco meses más tarde, Asoprobosques lo transfiere en venta a Hiunday Colombia Automotriz S.A., por $4.000.000.000 (sí, cuatro mil millones de pesos, 2.000 veces el precio de compra), estableciendo una afectación a la propiedad, “por categorías ambientales”, para que Hiunday lograra una rebaja del 39% de impuesto a la renta, sobre el valor de la compra. Un año más tarde, diciembre de 2008, Hiunday dona el predio a la Universidad del Tolima por $4.067.587.900 y logra una rebaja del 37% de impuestos, sobre el valor de la donación.
La magia del bosque encantado! Pues esta indebida operación significa una ganancia, para Hiunday, de tres mil sesenta y cinco millones de pesos. Tan buena es la maniobra, que la repiten 90 empresas más, hasta cuando la periodista Diana Salinas de Noticias Uno y Daniel Coronel en la columna “El Bosque Encantado” (21 de enero de 2012, revista Semana), publican las primeras notas sobre el sospechoso negocio y la DIAN reacciona, por lo cual se suspenden los “aportes ambientales” que hacen los avivatos administradores de estas generosas sociedades. Hasta el momento no se sabe qué empresas están sancionadas, tal parece que todas las demandas han prescrito. Lo cierto es que la Universidad del Tolima recibió un total de 3.245 hectáreas por un valor aproximado de $115.000.000.000.
La segunda usurpación de recursos del bosque llega cuando la Fundación Fundamé, nacida a la vida jurídica en 2016, organiza a propietarios de los lotes que se compraron para donarlos a la universidad y que ante las demandas de la DIAN no lo pudieron hacer y, una vez reglamentados en Colombia los proyectos REDD+, dispone el papeleo para que en 2018 se apruebe un proyecto que le da el privilegio exclusivo de recibir los bonos de carbono del bosque por un período de 30 años, desde el año 2010 al 2040.
En 2019, a estos socios les certifican compensaciones comercializables de 278.698 unidades de tCO2e. En Colombia, el valor de una Tonelada de Dióxido de Carbono equivalente se ha fijado en $17.200. Es la nueva ganancia que están sacando hoy los propietarios de estas escrituras, que nunca, de forma directa, han adelantado proyecto alguno en sus fincas.
La entrega del proyecto REDD+ a empresas y particulares que no pudieron donar sus predios a la universidad y que nunca se han visto en el territorio, va en contra de los parámetros originales de la Convención de Kioto y de los criterios establecidos en las salvaguardas de Can Cun para REDD+, con los cuales se busca el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades locales que habitan el bosque y sus cercanías, y que obligan a su participación en todas las etapas que requiere un proyecto de esta naturaleza.
Resulta inconcebible que en el PNR Bosque de Galilea se les haya negado a las comunidades locales recibir los beneficios económicos que generan los bienes naturales del PNR Bosque de Galilea. Se les ha excluido pasando por alto las normas de gobernanza que deben acompañar estos proyectos para garantizar la prevalencia de las condiciones de conservación y preservación del bosque.
Es necesario que las autoridades de control revisen la legalidad y legitimidad de todo el proceso de preparación y aprobación de este proyecto, para exigir que se cumplan los objetivos universales de REDD+ y para que los recursos generados del mercado de carbono beneficien directamente a las comunidades locales, guardianes ancestrales del territorio y con una historia llena de sacrificios que les ha permitido proyectarse como los verdaderos beneficiarios de los bienes naturales que brinda hoy el Parque Natural Regional Bosque de Galilea.
Es hora ya de parar estos saqueos al bosque encantado y de encaminar sus beneficios a los trabajadores del azadón del territorio y no a los lejanos especuladores de papeles en el escritorio.