ALVARO MARÍN: EL DECESO INESPERADO

Cultura Nacional

Por: Alejandro Martínez García

Queremos lamentar a través de este Manifiesto la muerte del maestro y compañero poeta Álvaro Marín (Manzanares 1958 –    Garagoa 2021†), de esta manera, queremos resaltar su prestigio como escritor e investigador popular. Su método: la Investigación Acción Participante en la Cultura; como hombre consecuente, revolucionario, fue él quien hizo de la poesía el arma cargada de futuro. El futuro que hoy estamos construyendo a cada paso que damos los jóvenes. Quienes lo conocieron en su cotidianidad, pueden testimoniar que sus causas siempre fueron las más nobles: fueron como diría Martí, Lezama Lima o Alejo Carpentier: la poesía, el alma de los pobres, que en Colombia, al día de hoy luchan en las calles contra la dictadura de la burguesía nacional Duque-Uribista.

En este mes de aguas de mayo y de protestas, en donde los agentes del ESMAD (Escuadrón Móvil Anti Disturbios) han desatado la brutalidad policial y los asesinatos. Colombia sufre la represión en las calles, solo basta con visitar las redes sociales y ver con propios ojos la infamia. “Nos están matando”, es el grito de voz que se escucha en las calles en medio de las balas.

Fue en medio de las manifestaciones populares, en la resistencia del día 7 mientras la cultura se manifestaba con bailes, canciones, grupos y disfraces, que se nos comunicó su partida. Llegó la Parca a buscarlo y lo sorprendió en su casa de campo[1], en medio del aire puro, el olor a miel fresca y versos a medias. Los planes para custodiar el Amazonas y clarificar el tiempo se pospusieron esta vez de manera definitiva. Ahora el valle se siente vacío, la voz de un amoroso ser humano no volverá a recitar, las abejas huérfanas esperarán su cuidado, los libros añorarán sus manos y las aves del árbol migrarán a la congoja.

Su poesía ante la incertidumbre

Embargados de tristeza la Editorial Kurare, la Editorial Colaborativa, los Diarios Alternativos, la Revista Prometeo, los recitales en salones comunales, las cordilleras, las abejas y los campesinos, extrañarán sus pasos inquietos y su pluma libertaria. Su compromiso militante por la vida fue tan consecuente, al punto que: como hombre fue poeta y como poeta fue quien enfrento en primera línea a la muerte y se atrevió a denunciarla:

«vean ustedes cómo se acomoda la señora muerte».

Del mismo modo en su poema: “versión del extraviado”, encontramos muestras de su compromiso con los derechos humanos, denunciando la desaparición de dios:

            «en la calle se dice que mataron a dios, otros dicen que está en la cárcel,   que vieron a la policía subirlo a una jaula.
lo cierto es que nadie ha visto a dios por estos días».

En consecuencia, el poeta subrayaba con la nostalgia al horizonte, como a quien le duele el mundo y la vida, en medio de las peores tragedias siempre sostuvo la bandera de la esperanza, de una Colombia en Paz y con Justicia Social. Es por ello, que su poesía está cargada de aliento infantil. En su poema Ofrenda nos dice:

   «La luz está en la infancia.
Un niño es un hombre erguido sobre la cáscara del planeta,
No ha sido tocado por la antigua enfermedad de la muerte».

La infancia que: “no ha sido tocada por la enfermedad de la muerte”. Como se observa, las niñas están en su poesía, en ocasiones suelen ser retratos de la vida, o quizás de las personas que entrevistó o las voces que llegaban de los territorios abandonados, en medio de la muerte.

Canción para Eliana, impresiones

«Colombia es una niña a quien todo el tiempo atormentamos»[2].

«y si los fogonazos de la guerra encienden el sol»

Finalmente, en su obra, en cada verso constituye a su existencia. Transmutación del hombre, así como del nombre del indio:

 

«(…)Esta es la historia de la trasformación del nombre de un indio del

Mississippi en el nombre de un arma de guerra, y del indio mismo

convertido en metal. Ahora sobrevuela el verde del Amazonas.

Esta es la historia del fuego que camina sobre las aguas.

Sobre este poema sobrevuela un Black Hawk.»

 

Nuestra gratitud acompaña a su recuerdo, en ese sendero que nos acercó al poeta y a la vida que deja entre sus versos.

 

«En piedra escribo la vida

como escribe el relámpago el regreso del agua.

Afirmo la vida, la antigua llama que ilumina mi propio abismo».

 

En su muerte,

Al hermano, poeta Álvaro Marín.

[1] Señala el portal webhttps://periodicoeldiario.com/.

[2] https://www.festivaldepoesiademedellin.org/

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