La Alianza Colombia Libre de Fracking y el Movimiento Nacional Ambiental expresamos nuestra solidaridad y abrazamos a los comuneros y comuneras de la Minga Indígena del Suroccidente, ante el horror desatado el día de ayer en Cali por civiles armados que con la connivencia de la Policía Nacional dispararon indiscriminadamente contra la Minga. Una vez más, Cali nos estremece de dolor y sufrimiento.
Condenamos los hechos y subrayamos la responsabilidad principal del Presidente Duque, quien le ha entregado el control de la ciudad a una autoridad militar, el Comandante del Ejército General Zapateiro, para aplacar la movilización a sangre y fuego en un tenebroso experimento de dictadura. Con el objeto de legitimarlo, el Gobierno Nacional ha construido una matriz mediática que asocia la protesta social con el terrorismo, lo que ha convertido al indígena, al joven, a la mujer, a la negra, al pueblo, en objetivo militar de la fuerza pública y sus lógicas paramilitares. El terror y la impunidad campean en nuestras calles.
La Minga Indígena ha caminado la palabra para recordarle al país que también es indígena y que nuestro modelo social no genera “desarrollo” sino destrucción, desarmonía y miseria. Que vamos por mal camino y el cambio es urgente. Y ese cambio, para ser verdadero, debe echar abajo todo lo que explota y oprime, empezando por la historia que nos han contado, la de los bárbaros consagrados en estatuas.
Rodear a la Minga es un deber ético del movimiento social colombiano, porque ha sido la primera en solidarizarse con otras luchas, incluida la nuestra de defender el agua, el territorio y la vida. La autoridad pacífica de la Guardia nos ha procurado una protección que nunca ha llegado del Estado. Por eso la Minga está en Cali: para respaldar la juventud que ha sido masacrada en días consecutivos por la fuerza pública.
Como Alianza Colombia Libre de Fracking y Movimiento Nacional Ambiental:
En la noche del domingo recibimos una invitación para reunirnos con el Presidente Duque, como parte del Comité Nacional de Paro, al cual tomamos la decisión de no asistir, hasta que cese la masacre contra jóvenes e indígenas en Cali y el resto del país.
Respaldamos el Paro como un clamor nacional contra el mal gobierno.
-Rechazamos el llamado cínico del Presidente Duque a que la Minga retorne a sus resguardos. Quienes deben retornar a sus cuarteles son los militares.
– Condenamos el tratamiento militar que se le ha dado a la protesta social en Cali y en todo el país, exigiendo al Gobierno que cese la matanza, restablezca la autoridad civil y demuestre con hechos la voluntad de diálogo.
– Lamentamos los pronunciamientos del Alcalde Jorge Iván Ospina y la Gobernadora Clara Luz Roldán, que atizan la violencia contra la Minga y se ubican del lado equivocado de la historia.
– Instamos al acompañamiento y verificación internacional de los hechos sucedidos en Cali el día de ayer.
La Minga Somos Todos, Todos Somos Minga
¡Guardia, Guardia, Fuerza, Fuerza!