Desde el año 2015 comenzó la problemática para la familia Pérez Bocanegra cuando, en ese tiempo, se diera la llegada del empresario Henry Escobar a su vecindario en la ciudad de Ibagué.
El problema para la familia Pérez Bocanegra se genera por un presunto interés del señor Escobar en adquirir el predio en el cual residen desde hace muchos años, con el propósito de ampliar el Parque Empresarial ESCOBAR & ARIAS ubicado en el sector de Mirolindo, en la carrera 48 sur No. 106-71 sur San Cayetano.
Después de la negativa por parte de la familia para abandonar el predio, el señor Escobar, mediante un aparente proceso irregular, opta por construir un muro de aproximadamente 28 metros en frente de la residencia (estando la construcción establecida en el espacio público de la ciudad), provocando un encierro total para la familia que allí ha habitado el lugar y los cuales jamás habían presentado este tipo de problemática con ningún “vecino”.
El problema real expresado por los residentes del predio, radica en la arbitrariedad bajo la cual se llevó a cabo el proceso de construcción de dicho muro, dado que jamás existieron diálogos entre las partes involucradas para darle viabilidad, además, como se expresó anteriormente, el muro se encuentra construido en espacio público, lo cual no es posible y genera desconfianza el trámite mediante el cual se logró su aprobación.
La familia asegura que ésta situación les ha generado todo tipo de perjuicios, tanto económicos, como de salud, toda vez que sus ingresos dependían de un pequeño negocio familiar que ahora, gracias al muro, es invisible para los habitantes de la ciudad.
Ojo Público logró hablar con la señora Vida Stella Pérez Bocanegra, quien afirma que la calidad de vida de ella y su familia se ha visto afectada por el muro que los encerró en su propia casa: “Hace ya aproximadamente 6 años estamos encerrados, el señor Escobar nos puso en frente un muro de mampostería de 27 metros; ha habido cosas que verdaderamente a nosotros nos ha afectado, el ingreso de motos y carros de familiares ya no se puede, además, psicológicamente nos sentimos afectadas, nos sentimos como encerradas, el aire ya no circula como antes, prácticamente no tenemos si no una puerta por donde podemos entrar nada más, porque hay muro por atrás, a los lados y al frente. Ninguna casa tiene un muro al frente, sólo nosotros”.
La afectada también señaló: “no sé por qué lo colocarían, por qué le darían el permiso a él para hacerlo, esperamos que las autoridades y la comunidad nos colaboren en este sentido”.
La familia Pérez Bocanegra hace una petición concreta, que el muro sea derribado y se respete el derecho de la familia de gozar de una vista y vida plena en su residencia. Cabe aclarar que el tribunal administrativo ya expidió una orden para remover dicho muro, orden que no ha sido acatada por el señor Escobar, quien sólo ordenó derrumbar dos metros del mismo.