Lecturas del 4º Domingo de Adviento – Ciclo B

Actualidad Radionovelas

Por Katherin Rojas Sánchez


Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):

Las noches se hacían largas en cada intento por conciliar el sueño, pues cada vez que cerraba los ojos un ángel aparecía para decir: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios».

En aquel tiempo, fue enviado a una ciudad poco conocida, un espíritu, para que se presentase a una virgen llamada María, desposada con un hombre llamado José.

La sombra, entrando en su casa, dijo: «¡Alégrate, llena de gracia!».

Ella se turbó ante sus palabras y presencia. Se preguntaba si era él, a quien el ángel mencionaba.
De los labios del espíritu, se repetía una y otra vez: «No temas, María».

Se acercó a ella y tumbádola sobre el catre, lecho de amor, la despojó de vestiduras, palpó sus piernas que al tacto se erizaban, subió la mano hasta el pubis, acarició sus vellos. Mientras una mano sujetaba el cuello para privar el grito, la otra intentaba abrir paso a la virilidad. La carne temblaba, al tiempo que la sombra susurraba: «Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Serás la esclava del Señor; debe hacerse en ti según su palabra».

María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra»

Un gemido salió de su boca, provocando el vuelo del único testigo del acto, María, bajo un éxtasis, observaba su cuerpo libre de pecado.

Palabra del Señor

 

Sobre la autora de este disparate:

Efímera Cattleya de palabra suelta. La otra en el espejo. Licenciada cantina, sin música y sin cerveza ella pierde la cabeza.

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