III Domingo de adviento

Actualidad Radionovelas

Por Katherin Rojas Sánchez


Salmo

Lc 1,46-48.49-50.53-54

 

Me niego a su dios

 

Mi alma no proclama la grandeza del Señor,

ni se alegra mi espíritu en su dios salvador;

porque he mirado la humillación de su esclava iglesia.

Desde ahora me despojo de sus leyes.

 

¿Por qué

su nombre es santo?

si su misericordia no llega a sus fieles

de generación en generación.

 

A los hambrientos no los colma de bienes

ni a los ricos los despide vacíos.

 

¿Auxilia a su siervo

acordándose de la misericordia?

 

Sobre la autora de este disparate:

Efímera Cattleya de palabra suelta. La otra en el espejo. Licenciada cantina, sin música y sin cerveza ella pierde la cabeza.

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