Salmos 51

Actualidad Radionovelas

Por Katherin Rojas Sánchez


I

Ten piedad de mí, oh Dios,

conforme a tu misericordia;

Conforme a la multitud de tus piedades

borra mis rebeliones.

 

II

Lávame más y más de mi maldad,

Y límpiame de mi pecado.

(Borra tu rastro lujurioso de mi piel)

 

III

Porque yo reconozco mis rebeliones,

Y mi pecado está siempre delante de mí.

(A veces yo estoy sobre él)

 

IV

Contra ti, contra ti solo he pecado,

Y he hecho lo malo delante de tus ojos;

Para que seas reconocido justo en tu palabra,

Y tenido por puro en tu juicio.

(Para postrarme ante ti,

mientras con collar en cuello

Me arrastras)

 

V

He aquí, en maldad he sido formado,

Y en pecado me concibió mi madre.

(He aquí, hija del pecado,

de la noche, del deseo)

 

VI

He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,

Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

(Bajo tus garras, susurras en mi oído

blasfemias)

 

VII

Purifícame con hisopo, y seré limpio;

Lávame, y seré más blanco que la nieve.

(Blanca piel para marcar)

 

VIII

Hazme oír gozo y alegría,

(Hazme gemir)

Y se recrearán los huesos que has abatido.

 

IX

Esconde tu rostro de mis pecados,

Y borra todas mis maldades.

(Renueva mi himen

para romperlo de nuevo)

 

X

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,

Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

(Renueva tu espíritu recto, una y otra vez)

 

XI

No me eches de delante de ti,

Y no quites de mí tu santo Espíritu.

(Vierte sobre mí tu bendita agua)

 

XII

Vuélveme el gozo de tu salvación,

Y espíritu noble me sustente.

(Vuélveme tu esclava,

aunque no sea sumisa)

 

XIII

Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,

Y los pecadores se convertirán a ti.

(Enseñaré mi camino:

Blancas colinas vírgenes)

 

XIV

Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;

Cantará mi lengua tu justicia.

(Me lengua será justa con tu

recto espíritu)

 

XV

Señor, abre mis labios,

Y publicará mi boca tu alabanza.

(¡Abre mis labios, señor!)

 

Sobre la autora de este disparate:

Efímera Cattleya de palabra suelta. La otra en el espejo. Licenciada cantina, sin música y sin cerveza ella pierde la cabeza.

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