Ofrendas para el opresor. ¡Feliz cumpleaños Ibagué!

Columnistas Opinión

Por: Cenuver Giraldo Pinto

Comunicador social y periodista


Hoy cumple años Ibagué y contrario a lo que muchos piensan sobre los oprobios que sufrió el busto de Andrés López de Galarza hace dos días, creo que esas manifestaciones genuinas de inconformidad, son justamente la expresión de una parte de la sociedad que no ve con buenos ojos, las conmemoraciones que se le siguen haciendo a esos colonizadores esclavistas, supremacistas y genocidas.

Me atrevo a señalar, que el afán de la administración en judicializar responsables y en restaurar la obra, corresponde más al apuro de llevar a cabo su acto conmemorativo, en el que a las 6:00 de la mañana de hoy, se le realiza una ofrenda floral y eso, sin mencionar que también se tenía planeado el lanzamiento de un libro biográfico de ese personaje, pero vaya a saberse por qué tipo de gracia esto no ocurrió. En contraste, el día de los pueblos indígenas, pasó sin pena ni gloria por la capital musical. Además, no nos digamos mentiras. Desde hace diez años que vivo en Ibagué, ese busto ha sido vandalizado decenas de veces.

Actos similares no son nuevos, por lo contrario, es una tendencia que está viviendo el mundo. En días anteriores conocimos del derribo de una escultura del conquistador español Sebastian de Belalcázar por parte de indígenas Misak en Popayán, pero también las estatuas de Lilcoln y Roosevelt en Portland y la de Colón en Oregón Estados Unidos. Así mismo, en Quito Ecuador, un grupo de indígenas intentó echar abajo, la escultura de Isabel la Católica y en la misma madre patria, mientras bañaban de pintura roja la cara de López de Galarza en Ibagué, en la ciudad de Pamplona, derribaron las estatuas de colón y de Felipe VI en un acto simbólico contra el supremasismo europeo.

Si bien, la escultura de Galarza no tiene la culpa de lo que en vida hizo el fundador de esta ciudad, su figura no es representativa, ni motivo de orgullo de ningún Ibaguereño. Fue él mismo quien ordenó el saqueo a los indígenas de la tribu Dulima y quien con la venia de los padres dominicos autorizó la hoguera en plaza pública, en la cual se le dio muerte a la Cacica Ibanasca, esa sí, una verdadera heroína que se resistió a la esclavitud española, constituyéndose como un símbolo de libertad y de resistencia para los pueblos indígenas, hoy en minga por sus derechos.

Es que, así como a los Dulima, hoy cuando los indígenas ya no tienen oro, les siguen despojando sus territorios ancestrales y les siguen asesinando a sus líderes cuando estos se atreven a levantar la voz o a reclamar la soberanía de los territorios sagrados en los que han sepultado a sus ancestros. Para el gobierno, sin embargo, siguen siendo ciudadanos de tercera categoría, a los que cualquier delegado puede atender, mientras el presidente resuelve asuntos más importantes como presentar su programa de televisión, llamar a futbolistas e intuyo, que hasta ver partidos de fútbol.

Por otra parte, el secretario de gobierno de Ibagué, debería desgastarse menos en judicializar a los manifestantes que atentaron contra el busto, porque de lo contrario, tendrán que ponerle escoltas las veinticuatro horas a esa obra del maestro Enrique Saldaña. Pueden mejor, regresarla a su lugar de instalación original en parque Andrés López de Galarza y en reemplazo, ubicar en el viaducto del Sena, la escultura “Cacica Dulima”, al fin y al cabo, son obras del mismo escultor y a esta última, se la está carcomiendo el popó de las palomas, mientras permanece escondida en la plaza de Santa Librada.

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