Brasil, Paraguay y Bolivia en llamas: Pantanal establece incendios récord

Actualidad Ambiente Internacional

En los 30 días de septiembre, el Pantanal registró 8,106 incendios, superando en un 35% el récord histórico de 5,993 incendios detectados en agosto de 2005

Por Jaime Gesisky

Mientras el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hablaba en la inauguración de la 75a Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) de Brasil, que genera los datos oficiales de incendios en el territorio, estaba detectando incendios en cantidades récord en el Pantanal, la llanura aluvial más grande del planeta. En su discurso frente a la ONU, Bolsonaro hizo un gran esfuerzo para dar cifras inexactas y culpar a los pueblos indígenas y las ONG en un intento de confundir a la audiencia internacional. El presidente brasileño optó por decir que el país es víctima de «una de las campañas de desinformación más brutales sobre la Amazonía y el Pantanal». Dijo que no era lo que mostraron los datos de seguimiento por satélite.

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Según el Inpe de Brasil, el Pantanal acumuló 8,106 incendios en los 30 días de septiembre, superando en un 35% el récord histórico de 5,993 incendios detectados en agosto de 2005. Fue el mayor número de incendios desde el inicio del monitoreo del Inpe en 1998. En 2020, los incendios en la región ya suman 18.259, el triple de la cantidad observada en 2019.

Mientras tanto, Paraguay vuelve a ser afectado por incendios masivos y de alta complejidad al igual que en el año 2019. A esto se suma que este año los incendios se presentaron en coincidencia con la mayor sequía de los últimos 50 años y olas de calor extremas con temperaturas nunca antes registradas, llegando a los 43 grados por dos días consecutivos en casi todo el país.

El gato más grande de América, exhausto y dolorido. ¡Otro jaguar que intentaba escapar del fuego en Porto Jofre en el Pantanal! Se había quemado las patas, yacía sin rumbo /
Foto: Claudia Gaigher

Varias reservas naturales quedaron afectadas en el país, principalmente las del Bosque Atlántico. En el Pantanal paraguayo, más de 20 hectáreas del Parque Nacional Río Negro, se vieron impactadas. La navegabilidad de los ríos Paraguay y Paraná está comprometida por la falta de lluvias. Y el sector ganadero ha sido afectado en un 95 % de sus operaciones a nivel de fincas, según declaraciones del presidente de la Asociación Rural del Paraguay.

Por su parte, en Bolivia según datos de la Fundación Amigos de la Naturaleza, durante el 2020, 2.3 millones de hectáreas fueron afectadas por los incendios forestales. El 23% de las áreas afectadas, están dentro de áreas protegidas. Dos de las áreas protegidas nacionales más grandes del país (aproximadamente 4 millones de ha.) que se encuentran en el Pantanal boliviano, el Parque Nacional Otuquis y el Área Natural de Manejo Integrado San Matías, fueron impactadas por el fuego que aún se combate en la zona con apoyo de los cuerpos de protección fortalecidos técnica y logísticamente como brigadas de primera respuesta con el apoyo de WWF Bolivia y la FAN.

Las llamas en el Pantanal ya han devastado alrededor de 3,4 millones de hectáreas desde principios de año, lo que corresponde al 23% del bioma. Es posible que especies endémicas de animales y plantas se hayan perdido para siempre. El fuego se ha convertido en un problema transfronterizo que está afectando nuevamente a los tres países.

“Fue una repetición de lo que ya había sucedido el año pasado, una tragedia anunciada por expertos en un contexto de altas temperaturas, sequía, deforestación e incumplimiento a las leyes ambientales”, evalúa Mariana Napolitano, gerente científica de WWF-Brasil.

En el Pantanal, los focos de incendios comenzaron a crecer antes de la estación seca, a partir de marzo. E incluso con la prohibición del uso del fuego por parte del gobierno a principios de la segunda mitad del año, el número de brotes por mes solo ha aumentado. La prohibición también se aplica para la Amazonía.

Sin ley

El incendio que fue iniciado en solo nueve fincas del Pantanal -incluso estando sujetas a la prohibición- consumió 141.000 hectáreas del bioma, según la Policía Federal en el marco del Operativo Matáá, en un intento de sancionar a los infractores.

En la Amazonía no fue diferente. La región que fue noticia en todo el mundo en 2019 debido a los incendios provocados también ha sufrido un alto número de incendios en 2020. En agosto de este año, se dieron alrededor de 30.000 mil focos de incendios. Septiembre se ubicó en 32.000, es decir, un valor 60% mayor al registrado en septiembre de 2019.

En la Amazonía, el fuego es causado por la deforestación, que produce abundante material (árboles talados y otros tipos de biomasa). La mayoría de las veces, alguien inicia la combustión, que es generalmente una forma de «limpiar» el área para recibir semillas de pasto y luego ganado.

Sin control, la quema puede convertirse en un incendio forestal y llegar a grandes áreas. Esto ocurrió en 2019 y se repitió en 2020, incluso con el despliegue de las Fuerzas Armadas para contener la deforestación y los delitos ambientales. La presencia de los militares en la región -que se espera que continúe hasta el 2022- no ha generado los resultados prometidos, a pesar de los masivos recursos asignados por el Congreso Nacional a la labor de las Fuerzas Armadas en la lucha contra las actividades ilegales en la región.

Los datos demuestran que la deforestación y la quema continúan en niveles altos en la Amazonía cuando se observa toda la serie histórica de monitoreos por parte del Inpe o por sistemas externos -incluyendo la NASA y otras plataformas internacionales- que brindan datos que confirman lo que dice el instituto oficial brasileño. Los datos satelitales monitoreados por la NASA revelan que, este año, el 54% de los brotes de incendios en la Amazonía se originaron por la deforestación.

Impactos sobre la biodiversidad

Las imágenes de guacamayas azules, caimanes y jaguares calcinados por los fuegos del Pantanal este año dieron la vuelta al mundo. Sin embargo, no reflejan el alcance de los impactos del fuego sobre la biota y los recursos hídricos. Las pérdidas se medirán con el apoyo de WWF-Brasil, que apoya los estudios de un grupo de investigación de la UFMT (Universidad Federal de Mato Grosso) para evaluar el impacto del fuego sobre la fauna del Pantanal. El trabajo será desarrollado por investigadores, utilizando la metodología científica adoptada por Embrapa-Pantanal, corporación vinculada al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento y que desde la década de los ochentas ha desarrollado investigaciones para comprender la complejidad socioeconómica y ambiental de la región.

El 23% de todo el bioma ya ha sido destruido por el fuego en Brasil. Algunas especies como los guacamayos azules (considerados como vulnerables a la extinción, según la UICN) perderán un importante refugio por los focos de incendios.
© WWF Colombia

«La cantidad de animales encontrados muertos sorprende incluso a los especialistas más experimentados, sin embargo, también hay muchos animales pequeños resguardados en cavidades en el suelo y áreas menos afectadas por el fuego, así como animales grandes que lograron escapar, refugiándose en áreas que no están quemadas, y que ahora están en busca de refugio y comida”, dijo Napolitano.

El suelo del Pantanal, muy rico en materia orgánica, puede seguir ardiendo durante varios días, provocando accidentes a animales y personas, agregó. Y el fuego puede resurgir si hay combustible para propagarlo. Los animales que lograron refugiarse o escapar del fuego padecen falta de alimento, ya que la vegetación que les provee hojas y frutos está seca, o muerta, en el caso de las especies más sensibles a temperaturas excepcionalmente altas.

¿Qué está haciendo WWF-Brasil?

En la Amazonía

Desde agosto de 2019, WWF-Brasil, con el apoyo de la Red de WWF, viene reforzando sus acciones para combatir incendios y fortalecer la vigilancia territorial en la Amazonía. Los proyectos ya han alcanzado más de 93 millones de hectáreas de tierra, una superficie equivalente a más del 18% de la Amazonía Legal y superior a la suma de los territorios de Francia, Reino Unido y Dinamarca.

Desde entonces, para llevar a cabo este trabajo, se han firmado alianzas con 23 organizaciones de la sociedad civil y con nueve agencias gubernamentales, como la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de Amazonas, la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de Acre y la Policía Ambiental de Acre.

Las acciones, que se llevaron a cabo en 135 tierras indígenas y unidades de conservación ya han beneficiado directamente a más de 69.900 personas e, indirectamente, a más de 3,7 millones. Ya se han donado más de 7.000 equipos y se han realizado 54 capacitaciones, cursos, talleres y asambleas con un total de 2.945 participantes.

En el Pantanal

WWF-Brasil ha estado ejecutando proyectos en el Pantanal durante 20 años, en asociación con organizaciones locales. Ante la crisis ambiental provocada por la quema en el bioma, se priorizaron acciones de envío de equipos de protección y capacitación a brigadistas, además de la entrega de canastas básicas de alimentos a las comunidades locales. Las acciones también incluyen apoyo logístico a las organizaciones sociales que operan en el Pantanal, además de articulaciones con entidades locales y gobiernos, con el objetivo de contener el desastre ambiental en el bioma.

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