El celular es el bolillo de los pobres

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Por: Anderson Vargas Lemus


Muchos asimilarían los noticieros colombianos con una vorágine. El sacro ejercicio patrio del mediodía: embelesarse con el televisor con un pernil entre dientes, se ha hecho doblemente difícil este año. Primero, porque conseguir la raquítica pata del ave en tiempos pandémicos parece una penuria digna de la biblia: ¡ni a Job le tocó tan verraco como a un pobre colombiano de estos días!; y segundo, por los torturadores contenidos de los informativos meridianos. Muertes, masacres, asesinatos, delincuencia común y ahora la común delincuencia de los militares. Porque era común a un común delincuente verlo, cuchillo en mano en la esquina, pero resultaba raro que el criminal institucional uniforme portara.

Se solía sentir nauseas por los camuflados en tiempos paramilitares y guerrilleros. Pero, vueltas que da la vida, ahora el pánico también lo generan sus adversarios de botas y de guerra, porque bien dicen que los lazos por lo extremos se juntan y que del amor al odio hay un solo pasito. Pasito hacia la ilegalidad que brincando los oficiales colombianos dieron este año. Aunque, afirmar este año resulte embustero, sabiéndose desde uribistas épocas las exacciones que los mismos perpetraban, uniforme puesto, en diversos lugares del país.

Pero, así como las redes recientemente han hecho famosos a insignes héroes de la patria como la Liendra y Epa Colombia, hicieron infames a policías y soldados. Tuvieron el poder de convertir a Yina Calderon en lo que es, ¿qué es? Nadie sabe, también tiene el poder de visibilizar invisibles, encarnar transparentes, como en los casos del pretendiente a abogado Ordoñez en Bogotá y Juliana, la candidata a peluquera en el Cauca. De otro modo, sus condiciones de pobres equivalente a la de inexistentes, hubiese hecho anónimas sus tragedias.

Facebook se constituyó en el arma de los pobres. La fiscalía, encargada de administrar justicia parece encargada de impedirla. Era mala y ahora peor, desde que está en las manipuladoras manos manipuladas del señor BaRbosa, cuya administración es como el señor sin R, lenta y torpe como una resbaladiza babosa; aunque, cabe anotar, que el bicho aunque feo es inofensivo, a diferencia de Barbosa que además de peligroso…

Vivimos en un incesante panóptico. Antes, las embarradas de fiscales, militares, ministros, presidentes, reinas de belleza o futbolistas pasaban de agache. Hoy, palabras como las de la desconcertante señorita Antioquia casi que hacen parte del himno nacional, porque hombre con hombre y mujer con mujer de la misma forma y en el sentido contrario, son de un significado tan raro, abigarrado y profundo como la 9ª estrofa del epinicio colombiano, que nadie conoce ni entiende, como la propia palabra epinicio, sinónima de himno.

Las palabras del entrenador Pacho Maturana, referentes a que perder es ganar un poquito, no serían más que otro poema a la mediocridad nacional si no fuera por su inmortalización perenne en las redes. El paseíto del fiscal, efectuado en plena pandemia con niños y todo, hubiese sido bulla de un día; lo mismo que el asueto en Panaca de la familia del presidente, hecho a bordo del avión presidencial, sin el avión del presidente adentro, que vive sin los pies en la tierra y sin saberse cuando aterriza.

Sus palabras en la ONU los noticieros han intentado ocultar, tratando, quizá, de salvarlo del ridículo, pero el chiste se cuenta solo: Duque se cuenta solo. Fue su desaforado reclamo en favor de los páramos para-morirse de la risa y de la pena; o de la piedra, pues para los ambientalistas fueron una afrenta y una afrenta ha sido su silencio al respecto de las masacres en el país. Su arlequinesco disfraz de policía también, aunque a algunos pareció más bien una payasada: una permanente y persistente bufonada inacallable en las redes. Más que un presidente un meme.

Porque si los noticieros son una agonía YouTube y Facebook son la muerte. La guillotina, falsamente creada por el doctor Guillotine durante la revolución francesa, resulta compasiva comparada con la función decapitadora de ambas, que no dejan títere con cabeza. El de aquí es títere, pero de nada es cabeza, por lo que en él el refrán queda a medias, como todo en su gobierno. Aun así, han sabido cebarse valientemente en su contra; aun así, han rescatado del irredimible olvido los casos de abuso antes acallados; aun así, han sacado del anonimato a los alucinantes la liendra y Luisa Fernanda W, un par de perlitas patrias, a Kika Nieto y la imperdible Lulu , otras gemitas inclasificables, por no mencionar a la inefable Sofi Castro; aun así, aun así, aun así, las redes se tornaron aliadas de los sin voz y enemigas de la fiscalía, que tiene voz y puño, pero no decencia ni independencia.

Así las cosas, el celular es el bolillo de los pobres…

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