Desde Grenoble (Francia) hasta Ginebra (Suiza), en bicicleta, para entregar una petición por los derechos humanos en el Sahara Occidental.
Por: Elena Rusca (desde Ginebra)
Meriem Naili ha viajado desde los Alpes franceses de Grenoble, hasta el Palacio de las Naciones Unidas. Dos días en bicicleta junta a su hermana para entregar una petición al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR).
¿El objetivo de la petición?
Que se respeten los derechos humanos en los territorios del Sahara Occidental.
Historia del Sahara Occidental.
El Sahara Occidental fue una colonia española hasta 1975. En ese mismo año, España entregó el territorio a Marruecos y Mauritania. En ese momento, el ejército español estaba abandonando definitivamente el Sahara Occidental.
Es el año de la Marcha Verde, cuando 250.000 civiles marroquíes ingresan a las tierras de los Saharaui (7 de noviembre de 1975) y, posteriormente a esos hechos, se forma el Frente Polisario (Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro), un movimiento creado por la población de la excolonia española para recuperar a sus tierras.
El enfrentamiento entre Marruecos y el Frente Polisario duró hasta el cese el fuego logrado por la ONU en 1991. Desde ese entonces Marruecos gobierna el 80% de los territorios saharauis, en tanto el Frente Polisario ha recuperado el 20% de los territorios.
Un muro, llamado «Muro de la Vergüenza», de 5 km de ancho por al menos 2.720 km de largo, divide los dos territorios del Sahara Occidental.
El cese el fuego logrado en 1991 por la ONU debió haber servido para permitir un referéndum, el que aún no se ha llevado a cabo. Como resultado, la situación se estanca en detrimento de las poblaciones indígenas.
La resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1960, sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, instaba a devolver a todas las colonias su independencia.
En ese sentido, el Sahara Occidental sigue siendo considerado por Naciones Unidas como un territorio no autónomo que debe ser descolonizado mediante el ejercicio del derecho a la autodeterminación. La Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) fue creada con este propósito en 1991.
Actualmente, después de años de silencio, unas mesas redondas fueron organizadas en la sede de Naciones Unidas de Ginebra, Suiza, para decidir sobre el destino de estos territorios, que viven en un limbo silencioso desde más de 40 años. Esto entre diciembre 2018 y marzo 2019.
Desafortunadamente, los últimos intentos de la ONU de llegar a una resolución del conflicto no fueron concluyentes y Horst Kohler, Enviado Especial del Secretario General de la Organización de Naciones Unidas, abandonó sus funciones a final del mes de mayo 2019 y hasta el momento no se ve alguna luz al final del túnel.
La petición entregada al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR).
En octubre de 2020, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas discutirá la renovación de la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) por 47a vez desde su creación en 1991. Es la única operación de paz activa de la ONU creada después del final del Guerra Fría sin un mandato de derechos humanos y, por lo tanto, no puede monitorear las violaciones ni en el territorio del Sahara Occidental ni en los campos de refugiados en Argelia. También está por cumplir el propósito para el que se ha establecido; permitir que el pueblo saharaui se exprese sobre su futuro político a través de un referéndum, como le corresponde en virtud del derecho internacional.
El Sáhara Occidental ha estado en la lista de las Naciones Unidas de territorios no autónomos por descolonizar durante casi 60 años. También ha sido la única sin una Potencia Administradora incluida en la lista, obligada en virtud de la Carta de las Naciones Unidas a llevar a los pueblos de esos Territorios a una medida plena de autogobierno, desde que España renunció a su deber hace 44 años. El pueblo del Sáhara Occidental ha estado esperando un referéndum durante casi 30 años desde que se desplegó la MINURSO con ese mismo propósito. Además, no se ha nombrado ningún nuevo Enviado Personal desde que su último titular de mandato, el ex presidente alemán Horst Kohler, dimitió en mayo de 2019. En este contexto, ¿cómo no puede el pueblo saharaui sentirse abandonado por la ONU y la comunidad internacional cuando las resoluciones de la ONU siguen reafirmando su derecho inalienable a la autodeterminación? ¿Cuánto tiempo más puede esperar un pueblo que vive bajo ocupación y en duras condiciones en los campos de refugiados a que la ONU haga su trabajo?
Exigimos que la ONU no olvide al pueblo del Sáhara Occidental, el compromiso que tiene con él y la comunidad internacional y la razón misma por la que fue creado. Nosotros:
– Solicitar a los Estados miembros de la ONU que exijan que se nombre inmediatamente a un Enviado Personal al Secretario General para el Sáhara Occidental con el fin de relanzar las negociaciones entre Marruecos y el Frente POLISARIO, el representante del pueblo saharaui reconocido por la ONU;
– Solicitar a los Estados miembros de la ONU que insistan en la inclusión de los derechos humanos dentro del mandato de la MINURSO, lo que permitiría, entre otros, un monitoreo imparcial e independiente de los derechos humanos en el territorio y exigir responsabilidades a los autores de violaciones de derechos humanos;
– Exigir que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y los procedimientos especiales pertinentes del Consejo de Derechos Humanos de la ONU realicen una visita al territorio y los campos de refugiados para evaluar la situación actual;
– Exigir al CICR que visite a los presos políticos saharauis detenidos en las cárceles marroquíes por el único motivo de que protestaban pacíficamente para defender su derecho inalienable a la autodeterminación.
El derecho internacional humanitario y el derecho de los derechos humanos son la base de cualquier proceso de descolonización legítimo y pacífico. En última instancia, las operaciones de paz de la ONU deben salvaguardar un derecho humano fundamental, el derecho a la paz, del que se deriva el resto de los derechos humanos fundamentales según la resolución A / 71/189 de la Asamblea General de la ONU adoptada el 19 de diciembre de 2016. Es lógico que incorporan, de forma explícita o no, mecanismos de vigilancia de los derechos humanos. El Sáhara Occidental debe dejar de ser el punto ciego de los derechos humanos de la ONU; los derechos humanos deben ser monitoreados, protegidos y promovidos!