A través de un comunicado los habitantes de los alrededores del Bosque de Galilea y el corredor biológico del oriente del Tolima, entre los que se encuentran Juntas de Acción Comunal, asociaciones campesinas, organizaciones sociales y ambientales, pidieron mayor protección hacia las especies silvestres que habitan este corredor biológico del oriente del Tolima y Cundinamarca.
Los firmantes del documento exigieron a las autoridades locales y ambientales de los departamentos del Tolima y Cundinamarca, “la gestión urgente y coordinada para la prevención y judicialización frente a estas acciones criminales y depredadoras que amenazan la vida y equilibrio de las especies silvestres”, reza parte del comunicado.
Esta acción se da luego de conocerse las imágenes del cuerpo de un tigrillo sin vida en el borde de la carretera entre los municipios de Villarica y Cabrera, el día 6 de julio de este año, víctima de cazadores furtivos; sumándose además al asesinato de un oso de anteojos en el año 2019 en el Bosque de Galilea y otros hechos que han puesto en peligro la fauna silvestre a lo largo de este territorio.
“Denunciamos que estos hechos están ocurriendo en los límites y dentro del Bosque de Galilea, el cual está constituido como área protegida para el Tolima, declarado “Parque Natural Regional Bosque de Galilea” mediante el acuerdo 031 de diciembre de 2019, donde uno de los objetivos de la declaratoria, es “Conservar las poblaciones de fauna y flora amenazada y endémica como también sus hábitats, promoviendo la preservación de sus poblaciones para contribuir a la conservación de la biodiversidad en el país”. Se lee en una parte del comunicado.
Los guardianes de estos ecosistemas dijeron que este tipo de acciones están vinculadas al maltrato, tráfico ilegal de especies y “caza deportiva“ tipificados como delitos contra la fauna silvestre, por lo que consideran que “la responsabilidad en la transformación de los conflictos con la naturaleza en esta ecorregión megadiversa, no debe limitarse a la acción disciplinaria y judicial que no garantiza que en el mediano y largo plazo no vuelvan a ocurrir estos u otros hechos lamentables”.
Finalmente, exigieron mayor compromiso por parte de Cortolima, así como de los alcaldes de los municipios que limitan con el bosque de Galilea, el área protegida y el corredor biológico del oriente del Tolima que conecta el Páramo de Sumapaz y Páramo de las Oseras, recordándole a la población que “la caza ilegal está tipificada como delito, según el artículo 328 de la Ley 1453 del 2011, en el cual se establecen multas de hasta 35.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes y privación de la libertad de 48 a 108 meses para quienes cometan este tipo de crímenes”.
Cabe recordar que el Leopardus tigrinus conocido como Tigrillo lanudo al igual que el Oso de anteojos – Tremarctos ornatus – son especies representativas de los bosques altoandinos y que se encuentran amenazadas debido a factores como la cacería, tráfico de pieles y pérdida de hábitat, siendo especies vitales en el equilibrio de los ecosistemas de alta montaña.
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