Un proyecto impuesto
La Central Hidroeléctrica Hidrototare es un proyecto a filo de agua denominado como PCH (pequeña central hidroeléctrica), razón por la cual la empresa a cargo de su ejecución ha querido hacer creer que el impacto ambiental durante su desarrollo será mínimo, desdibujando la realidad mediante estudios inconsistentes.
El proyecto se encuentra ubicado en el departamento del Tolima en las veredas Buenos Aires y Santa Barbará, muy cerca a la desembocadura de la quebrada Cumina en el río Totare, donde limitan los municipios de Alvarado, Anzoátegui y Venadillo con una extensión cercana a los 3,5 kilómetros [1].
Durante la primera etapa fueron estudiados los departamentos de Tolima y Huila como alternativas para su implementación, estableciéndose finalmente sobre la cuenca del río Totare por las condiciones hidrológicas, topográficas y geológicas del terreno. Posteriormente mediante resolución 2810 de Octubre de 2014 la Corporación Autónoma Regional del Tolima Cortolima, define a la empresa que presente el Estudio de Impacto Ambiental sobre la alternativa que incluye zona de captación con enrocamiento tipo índico y túneles de conducción; de esta manera se da inicio a la ejecución del estudio requerido [2]. Tras cinco años de análisis sobre la viabilidad de la iniciativa, Cortolima, en cabeza de quien fuera su director en ese momento, Jorge Enrique Cardoso, mediante la resolución 3720 de octubre 24 de 2019, una vez surtida la audiencia pública ambiental realizada en 31 de enero del mismo año, decide dar vía libre al proyecto perteneciente a la empresa generadora de energía eléctrica Hidrogeneradora Pijao S.A.S., otorgándole a esta por 20 años la licencia ambiental para su ejecución en el departamento, pese a no recibir el respaldo de la Procuraduría Ambiental, quien a comienzos del año 2019 había evidenciado carencias en el estudio de impacto ambiental entregado por la empresa [3].
La hidroeléctrica de la discordia
El jueves 31 de enero de 2019 se llevó a cabo la audiencia pública donde se debatió durante seis horas la viabilidad del proyecto, en el barrio El Salado de la ciudad de Ibagué, fuera de los municipios de incidencia directa. Al lugar acudieron ambientalistas y representantes de las comunidades de Venadillo, Anzoátegui, Alvarado, Piedras, Santa Isabel e Ibagué, donde se argumentaron las razones por las cuales Cortolima no debía otorgar la licencia ambiental a la empresa Hidrogenaradora Pijao S.A.S., para la instalación de la pequeña central hidroeléctrica; en la audiencia solo estuvieron presentes los mandatarios de Piedras y Santa Isabel [4].
En el recinto, las organizaciones ambientales asistentes al acto, explicaron diversas razones por las que se oponían a este proyecto, destacando experiencias previas en hidroeléctricas como la de Amoyá ubicada en el sur del Tolima, donde al parecer, según José Eduardo Jiménez, integrante del Comité Ambiental en Defensa de la Vida, 16 veredas pertenecientes a Chaparral se habían visto afectadas por escasez de agua; otro argumento dado por los ambientalistas, hizo mención a que la captación de agua en túneles para generar energía hace que el caudal ecológico disminuya, ocasionando sequías en las quebradas alimentadas por estos flujos [5].
Por su parte, el Gerente técnico de Hidrogeneradora Pijao S.A.S, Felipe Pérez Cubillos, mencionó una segunda empresa que estaba involucrada en este proyecto, la Sociedad Colombiana de Construcciones S.A.S. (Socolco), quienes participaron en el desarrollo de la aludida Hidroeléctrica de Amoyá. Durante su intervención, el gerente quiso generar tranquilidad argumentando que la generación de energía se haría a filo de agua, razón por la que calificó de mito el hecho de que el río se fuera a secar, enfatizando en que las condiciones físicas y químicas del líquido no se verían afectadas, agregando que, con el desarrollo del proyecto se generarían 400 empleos directos y cerca de mil indirectos, además de los recursos que se obtendrían con la venta del 6% de la energía durante cada año, los cuales , según sus palabras, serían distribuidos entre Cortolima y los municipios de influencia del proyecto hidroeléctrico [6].
Por el lado de Cortolima, su director Jorge Enrique Cardozo expuso que la licencia contaba con un estudio amplio y que una de las posibles alternativas establecidas para la mitigación de los efectos ocasionados por deslizamientos y remoción en masa, era la construcción de un túnel de 3 kilómetros cuya decisión la daría a conocer en el plazo de dos meses. En cuanto a los riesgos por la inestabilidad de la zona de incidencia, señaló que haciéndolo de forma subterránea estos se minimizarían, y que de otorgar la licencia la Corporación haría algunas recomendaciones a la empresa desarrolladora del proyecto.
En lo referente con el ordenamiento territorial y ambiental, precisó que ya había vencido, por lo que debía compararlo con las normas y con los planes de manejo de las cuencas hidrográficas, pero que respecto a lo que se conocía técnicamente del área de influencia, el componente de viabilidad para que el proyecto se ejecutara en esa zona era alto, refiriéndose además al caso de la Hidroeléctrica Amoyá, donde según él, se evidenciaban diferentes beneficios ambientales y sociales motivados por los recursos generados a través del sector eléctrico, aprovechando el momento para recordar que el Tolima es el segundo departamento con mayor potencial para generar energía con el recurso hídrico [7].
Licencia con estudios sin soportes
Al finalizar la socialización del proyecto, el procurador Judicial, Ambiental y Agrario, Daniel Rubio, manifestó que el estudio de impacto ambiental entregado por la empresa carecía de una caracterización hidrogeológica subterránea del área de influencia directa, razón por lo cual solicitó a Cortolima no conceder la licencia ambiental [8].
Pero fue más allá, y advirtió que la cuenca del río Totare posee un índice de escasez alto, lo que se traduce en más demanda de agua que oferta, encontrando además que en los documentos entregados por la empresa no se mostraba alguno que expusiera una modelación hidrodinámica, morfológica y de la dinámica sedimentológica del Totare, concretamente, en el tramo de construcción del proyecto y alrededores.
Este tipo de faltantes hacen de Hidrototare un proyecto que no permite prever acciones mínimas para mitigar las consecuencias que se puedan presentar a causa de su construcción, como el impacto de aguas subterráneas y nacederos, la amenaza de remoción de masas e inundaciones en la zona de influencia directa del proyecto, sumado a los conflictos sociales por licenciamiento ambiental en una zona donde se produce café, hortalizas y frutales por nombrar algunos.
Argumentos de voces contracorriente
La presidenta pro consulta en contra de Hidrototare, Marta Díazgradanos, es una de las personas que está al frente de la oposición de este proyecto hidroeléctrico. Ella se opone porque cree que la realización de esta hidroeléctrica, que abarca un tramo de siete kilómetros sobre el río Totare, en jurisdicción con los municipios de Anzoátegui, Santa Isabel, Alvarado y Venadillo, impactaría negativamente la producción agrícola en esta zona del departamento, donde se cultiva caña de azúcar, aguacate, café, plátano y arroz, poniendo en riesgo la economía de muchas familias [9].
Marta, quien es oriunda del municipio de Alvarado, dice que su familia cultiva y cuida la tierra desde hace más de 120 años, y que la hidroeléctrica, que tendría la excavación de un túnel a través de la montaña, provocaría daños en los nacimientos de agua, y que además no les han garantizado el suministro del líquido vital [10].
Por su parte, Daniel Pinzón, líder ambiental de Venadillo, indica que como el proyecto es denominado como PCH, la empresa a cargo de su realización ha querido mostrar que los impactos ambientales serán mínimos, lo que según él contrasta con la realidad, debido a las inconsistencias por las cuales el procurador ambiental y agrario había dado un concepto negativo. Asimismo, Pinzón expresa que hubo manipulación por parte de los directivos de la hidroeléctrica, denunciando que un funcionario perteneciente a Cortolima había trabajado con la hidroeléctrica haciendo parte de los estudios que luego fueron presentados la entidad.
Desde Anzoátegui, Alejandro Zuluaga, manifestó en uno de sus argumentos contra el proyecto que, en esa zona de su municipio, cuya producción económica es agropecuaria, se prohíbe el uso del suelo para las actividades de tipo industrial en el EOT que está vigente.
La vocera del Comité Ambiental de Venadillo, Katerine Ariza, argumenta que, según documentos expedidos por su municipio, Anzoátegui y Alvarado, se informa sobre la prevención de desastres en la zona donde se pretende desarrollar el proyecto, mencionando que Cortolima en varias ocasiones declaró dicha área como estratégica, lo que quiere decir que por orden del consejo de Venadillo en la zona se prohíben esta clase de proyectos.
Más allá del río Totare, la ambientalista expone que existe una cuenca menor que no se tiene en cuenta, como tampoco el cambio del uso y la dinamización del suelo ni su alteración en sus propiedades físicas y químicas, ni del microclima de la cuenca del río, como tampoco la afectación del aire, la contaminación auditiva y la pérdida de nutrientes del agua, la cual corre el riesgo de que le entren materiales fecales de los cuerpos hídricos [11].
Impacto ambiental inminente
Especialistas han advertido que el impacto ambiental será inminente, esto debido a la tala de árboles que causará afectaciones en la regulación hidrológica de la cuenca del río Totare, ocasionando inundaciones por las precipitaciones de los afluentes, además, en temporada de sequía el líquido no estaría disponible [12].
Con la tala del bosque, el aumento en la vaporización del agua generaría erosión, dando lugar a deslizamientos de tierra, al no poder cumplir los árboles la función del efecto denominado “sombrilla”, el cual evita la llegada directa de los rayos del sol al suelo, impidiendo la humedad en el terreno.
Aunque los encargados de la hidroeléctrica han prometido compensar este impacto sembrando árboles de 30 cm, estos tardarían un promedio de 30 años para crecer lo suficiente y poder así recuperar el suelo, tarea que no valdría la pena para un proyecto que duraría tres años para su realización, cuya vida útil está planteada para un periodo de 50 años.
Por otra parte, la zona que abarca Hidrototare la conforma una red hidrológica de 40 quebradas principales sostenidas de 83 nacimientos de agua; estos afluentes son vitales para las comunidades de los municipios de influencia directa del proyecto, ya que aparte de servir para su consumo diario, los pobladores usan el líquido para diversos procesos productivos en los que se encuentran la producción de caña panelera, café, aguacate, cacao, plátano, entre otros, sumando también la ganadería [13].
Otro factor que se estudia con preocupación, es que, en la zona de influencia, aguas abajo se encuentra ubicada la bocatoma de Venadillo, que tiene el mayor número de habitantes de los cuatro municipios de incidencia del proyecto, encargada de surtir de agua a unos 13.000 habitantes de esa región aproximadamente [14].
Denunciando una empresa sin principios
Presuntas intimidaciones han sufrido los activistas y ambientalistas opositores al proyecto hidroeléctrico, por parte de su gerente, Iván Benítez, quien los ha tratado de “terroristas”, razón que motivó a los líderes agredidos a denunciar ante la procuraduría que se indague a los mandatarios de los municipios de incidencia directa del proyecto, para saber qué han hecho sobre este tipo de amenazas, petición que fue realizada durante la jornada de socialización de la hidroeléctrica.
El Representante a la Cámara, David Racero, denunció la relación que existe entre el ministro Jonathan Malagón González y el proyecto Hidrototare, señalando que, Hidrogeneradora Pijao SAS, encargada del desarrollo de la hidroeléctrica, es de propiedad de la familia de su esposa, siendo el representante legal, su cuñado Iván Beñítez [15].
Con respecto a este caso tipo de casos, otra de las críticas que se han hecho son del presunto lobby del reciente salido alcalde de Venadillo, Ílber Beltrán junto a Iván Benítez, donde se conoció una foto de ellos dos en compañía del entonces presidente del partido Cambio Radical, Rodrigo Lara, quien posteriormente fuera presidente de la Cámara de Representantes.
A su vez, el exalcalde de Venadillo, Jorge Sierra, denunció que existe un audio en donde: “Se habla de llevar a la construcción de la hidroeléctrica por encima de todo, es competencia de las autoridades hacer el seguimiento. El audio al parecer es de un contratista de Venadillo, que estuvo acá en la audiencia defendiendo el proyecto” [16].
Otro de los reclamos es el de Katherine Ariza, vocera del Comité Ambiental de Venadillo, quien respalda las afirmaciones hechas por su paisano, el activista Daniel Pinzón, expresando que existió un conflicto de intereses por parte de un trabajador de Cortolima que había sido parte de la empresa a cargo del proyecto [17].
Por su parte, el actual mandatario de Venadillo, Jorge Armando cabrera Gutiérrez, a finales del 2019 solicitó la intervención inmediata del alcalde saliente para evitar que se concrete el daño ambiental que ocasionaría Hidrototare en ese municipio [18].
Situación actual de un proyecto en cortocircuito
A pesar del acto administrativo radicado bajo el número 3720 del 24 de octubre de 2019 por el anterior director de Cortolima, Jorge Enrique Cardoso Rodríguez, a quien poco le importaron las irregularidades del proyecto hidroeléctrico y el clamor de la comunidad de los municipios de incidencia directa, la licencia ambiental que otorgó para el desarrollo de la hidroeléctrica Hidrototare, se encuentra suspendida temporalmente, debido a que es necesario resolver la recusación que presentaron los líderes ambientales del municipio de Venadillo [19].
Antecedentes de la suspensión
Una vez entregada la licencia ambiental, de acuerdo a la normatividad, los concejos municipales de Venadillo y Anzoátegui, conjuntamente con la Asociación de Usuarios del río Totare – China y comunidades de Alvarado, presentaron cuatro recursos de reposición ante Cortolima, seguidamente se presentó una recusación en contra de Jorge Cardozo, por posible favorecimiento a la empresa solicitante del proyecto; acto seguido, por medio de la resolución 4538 de diciembre 20 de 2019, se ordenó suspender el proceso debido a que Cardozo, gracias a la recusación presentada debía apartarse del asunto y el concejo directivo de Cortolima decide frenar el proyecto mientras evaluaban la actuación administrativa que debían proceder.
Con ello, los activistas lograron que Jorge Cardozo no otorgara la segunda resolución donde posiblemente se reafirmaría la primera en la cual se concedía la licencia ambiental a la empresa encargada de la construcción de la hidroeléctrica.
Actualidad
En lo corrido del año 2020, con la llegada de la nueva directora de Cortolima, Olga Lucía Alfonso, mediante resolución 445 de febrero 26 de 2020, se reinició nuevamente el proceso, teniendo en cuenta que la recusación no correspondía a la actual administradora de dicha corporación, por lo que perdió piso jurídico. Teniendo en cuenta esto, Cortolima debe comenzar a revisar los documentos que se presentaron para dar respuesta a los recursos de reposición, tarea en la que se encontraba la entidad poco antes de declararse la emergencia sanitaria por el covid-19, por lo que se desconoce si se emitirá una nueva resolución que evite la realización de Hidrototare.
[1]Cortolima – RESUMEN-EJECUTIVO-EIATOTARE.pdf
[2]Cortolima – RESUMEN-EJECUTIVO-EIATOTARE.pdf
[3] El Nuevo Día – Proyecto Hidrototare no recibió el respaldo de la Procuraduría Ambiental
[4] El Nuevo Día – Proyecto Hidrototare no recibió el respaldo de la Procuraduría Ambiental
[5] El Nuevo Día – Proyecto Hidrototare no recibió el respaldo de la Procuraduría Ambiental
[6] El Nuevo Día – Proyecto Hidrototare no recibió el respaldo de la Procuraduría Ambiental
[7] El Nuevo Día – Proyecto Hidrototare no recibió el respaldo de la Procuraduría Ambiental
[8] El Nuevo Día – Proyecto Hidrototare no recibió el respaldo de la Procuraduría Ambiental
[9] El Espectador – Un nuevo ‘round’ por el proyecto Hidrototare
[10] El Espectador – Un nuevo ‘round’ por el proyecto Hidrototare
[11] El Nuevo Día – Proyecto Hidrototare no recibió el respaldo de la Procuraduría Ambiental
[12] El Espectador – Un nuevo ‘round’ por el proyecto Hidrototare
[13] El Espectador – Un nuevo ‘round’ por el proyecto Hidrototare
[14] El Espectador – Un nuevo ‘round’ por el proyecto Hidrototare
[15] El Cronista – Suspenden licencia para Hidrototare
[16] El Nuevo Día – Proyecto Hidrototare no recibió el respaldo de la Procuraduría Ambiental
[17] El Cronista – Suspenden licencia para Hidrototare
[18] Cambio in – Antes de irse director de cortolima autorizó Hidrototare
[19] Cambio in – Antes de irse director de cortolima autorizó Hidrototare
2 comentarios en «Hidrototare: la turbiedad de un proyecto hidroeléctrico»