Una bonita aventura emprendió la animalista Diana Aros hace aproximadamente dos meses cuando se dirigía hacia la finca de sus padres, ubicada en el municipio de Falan, hallando en un tramo del camino un costal en el que se encontraban dos pequeños gatos de pocos días de vida, los cuales llevó de inmediato a su casa para poderles brindar los cuidados necesarios.
“Los trajimos a casa, los desparasitamos y los alimentamos, por fortuna mi gata Rebeca estaba lactando y los adoptó sin problema, ellos ni siquiera tenían sus dientecitos, días después los puse en adopción y una familia en la ciudad de Bogotá se interesó por ellos”, relata Diana.
Lo que siguió para poderlos enviar a lo que sería su nuevo hogar no fue tarea fácil, pero Diana estaba empeñada en que los pequeños felinos tuvieran la oportunidad de disfrutar una vida sin maltrato, un lugar donde les proporcionaran una vida digna, lejos de ese intento de abandono al cual querían condenarlos.
“El problema de poderlos trasladar hacia Bogotá era el tema de la cuarentena, pero logramos contactarnos con un señor de un camión que venía desde Buenaventura, aunque llevaría los gatos sólo si se los entregábamos en Ibagué, entonces con mi esposo hicimos un guacal de madera y los guardamos allí para poderlos transportar a salvo”, explica la animalista.
El pasado domingo a las 5:30 a.m. Diana Aros se aventuró a salir en su moto desde el municipio de Falan, junto con el par de gatos con destino a la vía que de Ibagué conduce a Armenia, donde los entregó al señor del camión que los transportó finalmente a su nuevo hogar en Bogotá.
“Afortunadamente ya están en un nuevo hogar, van a quedar juntos en la misma casa y ya les compraron todo lo necesario como juguetes, comida y arena”, concluyó la rescatista de este par de felinos que tuvieron la fortuna de ser salvados por un gesto de humanidad.