Acogiéndose a las medidas de excepción adoptadas por la pandemia del Covid-19 y a causa de la presión ejercida por los opositores al proyecto, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales suspendió la realización de las audiencias públicas que se realizarían para el dar trámite a la licencia ambiental del proyecto Soto Norte, ubicado en una zona de recarga hídrica del páramo de Santurbán.
Luego de permanecer siete días en huelga de hambre y viviendo en un árbol frente a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, David Guerrero levantó su protesta debido a los logros obtenidos tras sostener una reunión con el Comité Santurbán, el director de ANLA, la Procuraduría Nacional y la Defensoría del Pueblo.
En este Gobierno y en la @ANLA_Col #ElDiálogoEsLaVía y la principal herramienta para llegar a consensos. En ANLA, contamos con la nueva Subdirección de Partipación Ciudadana Ambiental para estar más cerca y escuchar a grupos de interés y transformar positivamente los conflictos pic.twitter.com/hec7blbJYf
— Rodrigo Suárez Castaño (@RodSuarezCa) March 19, 2020
Los ambientalistas lograron que la autoridad ambiental manifestara por escrito que no se harán audiencias públicas mientras se mantenga la emergencia sanitaria actual y se comprometiera, por un lado, a revisar la viabilidad de incluir expertos independientes internacionales y nacionales en el Comité Técnico Consultivo, y por otro, la posibilidad de que el gobierno lleve a cabo estudios geológicos, hidrogeológicos y tectónicos propios, antes de determinar la viabilidad de la licencia.
Según, Rodrigo Suarez Castaño, director de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, la audiencia estaba programada para abril, luego de esta y de la evaluación de la información adicional que le entregó Minesa a la autoridad ambiental, se definiría la viabilidad del proyecto.
“Después de la audiencia emiten la resolución, por eso es tan importante este logro. Lo que se garantizó es que en ese proceso se asegure la veeduría de la ciudadanía”, explicó Mayerly López, activista del Comité por el Páramo de Santurbán.
Cabe resaltar que, este es el proceso de licenciamiento con más terceros intervinientes del país dado que más 20.000 personas realizaron una solicitud para serlo, por eso las comunidades reclaman que debe primar la participación ciudadana y las autoridades no pueden tomar ninguna decisión a espaldas de la ciudadanía.
Es importante recordar que, en días pasados el Comité por la Defensa del Páramo de Santurbán postergó la “Caravana por Santurbán” en la que se movilizarían cerca de 2.000 personas desde Bucaramanga hacia Bogotá para sentar una voz de protesta en contra de ese proyecto minero, esto, a causa de las medidas decretadas por el Gobierno Distrital de no realizar eventos donde haya conglomeraciones.
El joven bumanguense que se declaró en huelga de hambre
Se trata de David Guerrero, un joven estudiante de derecho que viajó en bicicleta desde Bucaramanga hasta Bogotá para iniciar una huelga de hambre que cumplió cerca de ocho días, a través de la cual logró que el trámite para otorgar la licencia ambiental al proyecto Soto Norte de la multinacional árabe Minesa se suspendiera temporalmente.
“El segundo logro sería que en el Comité Técnico Consultivo se permita la participación de expertos internacionales y que no sean expertos comprados por Minesa, y el tercero, que el gobierno realice estudios hidrogeológicos, geológicos tectónicos y demás, con esto a esa multinacional se le complica obetener la licencia”, dijo David Guerrero.
Sin embargo, la ANLA manifestó que no será sino hasta el martes que darán respuesta por escrito a las otras dos solicitudes.
Cuando David llegó hace una semana a Bogotá, se ubicó en la parte alta de un viejo árbol frente a las oficinas de la ANLA y el Ministerio de Ambiente para exigir a la autoridad ambiental la defensa de los ecosistemas en Santander.
“La naturaleza está conectada, viviendo en un árbol frente a la ANLA mi mensaje era que desde la naturaleza se les estaba haciendo un llamado para protegerla. Esos árboles ubicados a la entrada de sus oficinas son muchas veces ignorados, pero ese árbol tenía voz y estaba gritando por sus hermanos en los bosques, que están siendo destruidos”.
En algunas oportunidades recibió insultos por parte de algunos transeúntes que no comprendían las razones por las cuales él protestaba, sin embargo, se hizo escuchar poco a poco y pronto se fueron sumando personas a acompañarlo día a día, especialmente seis santandereanos que viven en Bogotá, los cuales se acercaron para cuidarlo durante la protesta.
Durante esos solo bebió agua pura, agua panela y los últimos días aguas con sal. Las primeras noches no durmió, luego pudo instalar una hamaca que le permitió descansar cerca de cuatro horas cada noche.
Guerrero, había decidido iniciar la huelga de hambre antes de que se postergara la Caravana por Santurbán y el hecho de que ya no se fuera a realizar el evento no fue algo que lo desanimara.
“Yo me enteré de que ya no iba a haber caravana cuando iba a mitad de camino hacia Bogotá, entonces yo dije “ya no me regreso, yo voy para adelante, quiero hacerlo así me toque solo”, de hecho creo que fue la oportunidad de seguir dándole visibilidad al rechazo que tiene ese proyecto minero en Santander”.